jueves, 17 de septiembre de 2009

UNA GRAN LUCHA EN "COMPÁS DE ESPERA"

A casi un mes de que se levantaran los piquetes rurales que durante diez días sitiaron a buena parte del Alto Valle de Neuquén y Río Negro las negociaciones entre Uatre y las patronales rurales (SRA, Coninagro, CRA y FAA) en la CNTA llegaron a un punto muerto. Se derivó al Ministerio de Trabajo la resolución sobre el pago del 20% por zona. Este, cuyo dictamen debería haber llegado en un plazo de 10 a 30 días volvió la pelota a la órbita de las reuniones en la CNTA. El Ministerio de Trabajo debía resolver “sobre la aplicabilidad de la norma (se refiere a las leyes 23272 y 25955 y a la resolución 41/08) a la actividad” (Río Negro, 21/8). Las leyes dan la razón a los rurales; de hecho -con independencia de sus “interpretaciones”-, gran parte de los gremios patagónicos (petroleros, docentes, gastronómicos, mercantiles, entre otros) cuentan con este beneficio que se les “cuestiona” a los peones, los que justamente por la naturaleza de su actividad trabajan de sol a sol bajo la intemperie. Hasta hoy, un trabajador rural del Valle cobra de bolsillo 1.205 pesos, lo que se dice, la mínima expresión de un salario.
Las patronales (grandes, medianas y pequeñas) anticiparon que de todos modos no piensan acatar una resolución ministerial favorable a los peones. El abogado de la Cafi declaró que en tal caso “la Cámara acudiría a la Justicia administrativa y eventualmente ordinaria”.
La burocracia de UATRE forzó el levantamiento de los cortes transmitiendo a los obreros "su confianza en que el Ministerio les daría la razón". Muchos cortes se levantaron “en medio de un clima de moderado optimismo” (ídem anterior). Sin embargo, en forma preventiva, la burocracia anticipó también que tiraría la chancleta en caso de que así no fuera. El representante de Uatre en las negociaciones, Jorge Herrera, declaró que de no cumplirse con el pago de zona, “podrían suscitarse una ola de demandas laborales”. Es decir, nada de convocar a asambleas y volver a las rutas.
Por otra parte, la burocracia de Uatre ha capitulado en un aspecto fundamental: el pago retroactivo de la bonificación. Herrera afirmó: “Nosotros nos comprometemos a hacer cumplir el aumento de ahora en más, dependiendo de los trabajadores individualmente el reclamo de retroactividad”.
En los últimos días de cortes, el gobierno de Río Negro desplegó un amplio dispositivo represivo. Impidió el corte de los puentes carreteros y cercó los cortes con la presencia del grupo especial Bora. “Se observó masiva presencia policial en Roca, Allen y Cipolletti” (LMN, 21/8). En Allen, la policía exigió el despeje de la ruta 65 y los trabajadores decidieron marchar a lo ancho de la ruta durante más de tres kilómetros a paso lento. Un verdadero “piquete ambulante”. Durante la última jornada, una treintena de “productores” (patrones) concentraron en la Secretaría de Fruticultura en Allen para manifestar su oposición a las demandas obreras. Estos sí, no fueron molestados por la Policía.
El levantamiento de las medidas de fuerza fue decidido en los “cuerpos orgánicos” de Uatre, al margen de la deliberación y decisión de los trabajadores que pusieron el cuerpo en los piquetes. Los obreros garantizaron unos veinte cortes permanentes en todo el Valle, sin que Uatre convocara en ningún momento a asamblea general del gremio ni largara paros progresivos para profundizar el conflicto. Las medidas se levantaron sin resultados concretos hasta el momento ni tampoco se ha dado a conocer el contenido exacto del acta firmada en la CNTA (Comisión Nacional de Trabajo Agrario).
El proletariado rural de la Patagonia, en pie de lucha por sus propias reivindicaciones, ha puesto en su lugar a los De Angeli, los Biolcati y los Buzzi, y también a la izquierda sojera que apoya a estos explotadores.
Exijamos la difusión del acta firmada, asambleas en diez días y el pago retroactivo del 20% por zona. Impulsemos la elección de delegados por chacra.
Néstor Rivas (Jacyn)

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